Siguiendo el hilo anterior, quizá tanto el proyecto de Tecnalia como el de MU puedan ser algunos de los embriones para empezar a innovar de verdad en materia de formación relacionada con la empresa, y por extensión, en educación. Innovar a través de prácticas foráneas de las que podamos aprender, pero también imprimiendo nuestro propio sello, es decir, los avances teóricos y prácticos que por estos lares se han hecho y se están haciendo.
La sesión de ayer daría para muchísimas reflexiones; tanto por la experiencia que nos contaron, como por las implicaciones socioeducativas que tiene; y también por el cuestionamiento que nos hicimos del propio Foro de Ítaca y de cuál es el vínculo que nos une. Por supuesto, no puedo profundizar sobre todo ello en este post. Pero sí me apetece enunciar ideas, dejarlas en el tintero por si poco a poco las voy desarrollando:
- “¿Cómo crear el trabajo de tus sueños?” - “Los jóvenes ante el mundo laboral” – “El trabajo como una obligación de la sociedad para con uno o de uno para con la sociedad”
- “¿Tiene futuro la empresa social?” - “La empresa humanizada es necesariamente social” - “El trabajo del conocimiento y la humanización del trabajo”
- “¿Qué aporta el llamarte empresa?”
- “Lo profesional no tiene nada que ver con lo deshumanizado, aunque a veces creamos que sí”
- “La estructura y modelos empresariales al uso como un dinosaurio que se come todo: una caricatura perfecta en la experiencia de Manahmana”
- “Empezar la casa por el tejado, por el despliegue individual y del equipo”
- “La rigidez es una característica de los jóvenes, porque la configuración de sus valores es reciente” (Rosana)
- “La virtud del mensaje breve”
- Y también, pensando ya más en el Foro, sobre “la crítica inteligente y el peso del factor emocional” – “Converger y complicidad emocional”
Han pasado por momentos muy difíciles durante estos meses, momentos en los que sus esquemas mentales preaprendidos, construidos en gran parte desde el sistema educativo, podían sobre el sentido común y el ser uno mismo. Liberar todo ello ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero hoy todo está claro entre ellos. Ya han entendido que todos tienen la obligación y necesidad de buscar clientes, que son un equipo y todo lo que puedan ayudarse entre sí será bueno para el conjunto. Han conseguido un nivel muy bueno de comunicación: se dicen todo, lo bueno, pero también lo malo, y eso hace que la relación sea buena y vayan aprendiendo todos de todo. Las diferencias hoy son más explícitas, pero se convive –se coopera- en la diversidad, sin pretender la uniformidad hacia el proyecto monolítico de empresa al que nos han acostumbrado. Como decía Alfonso ayer citando una reciente reunión que había tenido en Galfor: se trata de que cada persona en la organización avance hacia su propio proyecto y no de endiosar un proyecto compartido, que quizá nadie –más que su impulsor- realmente comparte.
Me quedo con la gratificante idea de que estos de Manahmana se lo están currando y van por buen camino. No he oído palabras vacías, sino mucho significado, que siguen construyendo. Autenticidad, en definitiva, que es lo que vale para aportar valor. Y en estos momentos hay mucha ilusión y que no falte. Nos citaba Javier ayer en la comida una frase célebre atribuida a Winston Churchill: “El éxito es la habilidad de ir de fallo en fallo sin perder el entusiasmo”. O sea que ánimo Manahmana, que vais por buen camino, por uno que pocas personas eligen: Es más fácil opositar o echar papeles para una multinacional, pero difícil conseguir así “el trabajo de tus sueños”.
De verdades y mentiras
Cuaderno de trabajo 4: Educación