Alardea: Jaia ala errituala?

Pasa den azaroaren 2an Berria egunkarian izenburu hori daraman nire artikulua argitaratu zuten.

Artikulu hau Jone Karres eta Eneko Olasagastiren Alardearen seme-alabak filmea ikusi ondoren idatzi nuen, Donostiako Giza Eskubideen XI. zinemaldian, 2013/04/23an estreinatu zena eta azken zinemaldian ere proiektatu dena. Bideo honetan zuzendariaren hitzetan filmearen nondik norakoa eta beste honetan zenbait irudi.

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Berria, Euskal Herriko
euskarazko egunkaria





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¿Te animas a reflexionar sobre la educación que queremos?

¡Uff! Si nos guiamos de este blog parece que no he escrito nada desde mi último post el 30/03/13... y eso no es así.

En los últimos meses he estado muy centrada en reflexiones en torno al escenario educativo; trabajando en algún que otro proyecto, leyendo mucho, conversando con gente muy diversa... y también escribiendo. Los materiales que me sirven para reflexionar, aprender y abrir vías de cuestionamiento e indagación los voy volcando a este espacio en scoop.it: Hezkuntza Eraldatzen - Transformando la educación, que me sirve como repositorio (para tener fácil acceso a estos contenidos) y también para difundirlos, tanto por su interés individual como comprendidos dentro de un proyecto de indagación más amplia como este en el que yo misma estoy inmersa (y me consta que otras muchas personas).

De momento, mi aportación más extensa se concreta en el artículo titulado "¿Qué escenario educativo tenemos? ¿Y qué educación queremos?"   publicado en septiembre en el número 5 de hobest.edita dedicado íntegramente a la educación con el título de Transformar la educación - Hezkuntza Eradaldatu, que contiene otros 5 artículos cuya lectura recomiendo vivamente.

Este artículo –y puedo decir que la publicación entera, ya que hago las labores de editora de esta revista digital– tiene el objetivo de presentar ideas que puedan ayudarnos a, primero, creer que una transformación en la educación es posible, que es deseable (por difícil que sea) y, en consecuencia, necesaria, y, segundo, aportar sugerencias y claves para indagar sobre las vías de esa transformación.

Una apuesta nada sencilla, pero sí esperanzadora e ilusionante. Una de las claves de la transformación va a consistir en alcanzar un amplio consenso social que eleve nuestro compromiso colectivo para con la educación.

Si el tema te interesa, te animo a leer estos artículos y a comentarlos de la manera que más te guste: comentario al post, en redes sociales (puedes utilizar los hashtag #hezkuntzeral, #transfedu, #hobestedita), enviándonos un email, escribiendo un texto más largo en cualquier formato o un post en tu blog... Por nuestra parte, trataremos de dar difusión al material que recojamos para su retroalimentación. Recuerdo con mucho cariño, precisamente por la cantidad de aportaciones que nos cruzamos, el proyecto del i-talde de conceptualización del área de transformación empresarial que culminó con la publicación del libro Dinámicas de gestión basadas en las personas y al que contribuí con el artículo Conceptuando sobre transformación organizacional.

En otra ocasión os hablaré de otra actividad-proyecto que comparto con dos amigas, Izaskun Merodio y Silvia Muriel, en este mes de octubre...

O sea que si te interesa la educación, tienes aquí abundante material para zambullirte en él... ¡Y esperamos tus aportaciones y comentarios!

Pensamiento crítico, conocimiento y emancipación intelectual

Lo primero que me surge en una reflexión sobre el pensamiento crítico es que sobra el adjetivo. Pensar no puede tener un sentido distinto al de pensar críticamente, es decir, filtrando (pasando por nuestros propios filtros) la elaboración de nuestros pensamientos.

Otra idea que me surge es que pensar –en el sentido antedicho– siempre necesita de un complemento directo, de un qué. Así, mi competencia o capacidad para pensar (para pensar críticamente) viene del conocimiento que tenga sobre ese “qué”, que constituye la gama de filtros de los que dispongo.

Cuanto más conocimiento tenga, más críticamente puedo pensar. Esta no es la única relación entre conocimiento y pensamiento crítico. También está la relación en contrasentido, que mi capacidad de pensamiento crítico sobre algo denota el conocimiento que tengo sobre ese algo. En definitiva, conocimiento y pensamiento crítico son como hermanos siameses.

Conocimiento es entender, interpretar y, en última instancia, tener una idea sobre cómo se ha de intervenir, cuáles son las apuestas que hay que hacer o hacia dónde hay que transformar.

Escuchaba hace unos días una entrevista en la radio en la que hablaban de coeficientes intelectuales, niños prodigio, superdotados y genios. Pusieron el ejemplo de William James Sidis [Link wikipedia], que considerado una de las personas más inteligentes de la historia, no ha legado ninguna aportación destacable a la humanidad. Una cosa es la capacidad potencial y otra la capacidad que desarrollamos.

Tanto el pensamiento –crítico–, como –su hermano siamés– el conocimiento, para desarrollarse necesitan unos ingredientes que, sin ánimo de exhaustividad, voy a tratar de identificar:
  1. Vocación de conocimiento: El primer elemento es que la persona quiera (y esté dispuesta a realizar el esfuerzo que supone), en un área concreta, desarrollar y expandir su conocimiento. Decimos “en un área concreta” para no hablar de un conocimiento abstracto y carente de significado y proyección, pero muy conscientes de que las conexiones entre las áreas del conocimiento son tales que, en rigor, quizá nunca desde el razonamiento puro pudiéramos defender numantinamente las fronteras entre áreas y éstas solo sean el reflejo de convenciones admitidas.

  2. Acceso a contenidos con los que desarrollar el conocimiento: Hoy cada uno de nosotros desde nuestras casas accedemos a una inmensa biblioteca de contenidos que se llama Internet. El acceso a contenidos era algo que solo unos privilegiados podían tener hace unas décadas; por ejemplo, aquellos que trabajaban en el ámbito de la universidad (contando con que ésta tuviera una buena biblioteca). Esto puede explicar la estrecha relación del mundo intelectual, del mundo del conocimiento, con la universidad en épocas anteriores (pensemos por ejemplo, en la Alemania de principios de los XX) y también cómo esta identificación se ha diluido.

  3. Oportunidades y contextos para practicar el conocimiento: La reflexión compartida, el debate inteligente, la aplicación del conocimiento y de la inteligencia a los problemas de todo tipo. Este es también un elemento indispensable para el desarrollo del conocimiento (y el pensamiento crítico). El conocimiento tiene una vocación estética (la belleza de conocer por el simple hecho de conocer), pero tiene, sobre todo, una vocación ética (contribuir a mejorar la vida y existencia de las personas).

El primero de estos elementos (vocación de conocimiento) es algo que depende del individuo. Algunas personas desarrollan ese interés por conocer en profundidad y otras viven felices en la superficialidad. No podemos acercarnos en profundidad a todas las áreas del conocimiento, evidentemente, necesitaríamos muchas vidas para ello (y ni así). Pero se trata de una actitud general, una forma de vivir, de ser. Es una opción personal.

Recuerdo cómo hace muchos años tomando algo con dos amigas –calculo que tendríamos 17 ó 18 años, ellas seguro que no lo recuerdan– traté de sacar el tema de la teoría de la evolución y el creacionismo que se estaba extendiendo en EEUU. Argumentaba con alguna información que había leído u oído y creo que por aquel entonces había leído “El origen de las especies” de Darwin. Me respondieron algo así como que cada cual tiene derecho a pensar y creer lo que quiera, y con esto pasaban página. El tema no les interesaba en absoluto. Ni este ni ninguno que estuviera alejado de su cotidianeidad. Punto. Recuerdo que sentí indignación, pero me la comí. El problema que presento con esta anécdota es que las personas podemos hacer una opción personal, pero necesitamos contextos que nos ayuden a desarrollarlos (¿Cómo desarrollar un conocimiento (o pensamiento crítico) si no encontramos a otros con los que poder compartir?). Y, a su vez, hay otro aspecto, el hecho de rodearte de personas que tienen inquietudes intelectuales produce un efecto contagio.

Depende del individuo, sí, pero podemos establecer diferencias entre el grado en que los individuos desarrollan este interés en distintos momentos y épocas. La crisis ha hecho aflorar mucha indignación y puede parecer que ahora mismo hay más interés que hace unos años. Pero podría no ser más que un espejismo, un sentido crítico basado exclusivamente en la desconfianza en el mundo (no falta razón para ello) y no en una vocación real de construcción social, civil, colectiva.

En una reciente entrevista a Iñaki Aldekoa [Link wikipedia], éste decía que en su época estudiantil había avidez por aprender y leer, no tanto lo que se enseñaba en la universidad, sino lo que se compartía a través de los círculos. La vocación de conocimiento es algo inherente al estudiante, pero desgraciadamente, creo que hoy esto se ha perdido y llevamos mucho tiempo dejándolo atrás. Yo no tuve la suerte de pertenecer a una generación (o círculo) estudiantil que tuviera vocación de conocimiento como sí lo fueron generaciones anteriores, me consta, por ejemplo, aquellas que se encontraron en la universidad en los primeros setenta.

En el segundo de los ingredientes (acceso a contenidos) también hay un pero. La cantidad de material que se cuelga en Internet hace que nos podamos encontrar con contenidos iguales (en forma y/o fondo) repetidos miles de veces y que nos cueste acceder a otros que nos podrían ayudar a ampliar y enriquecer nuestro conocimiento. Por tanto, paradójicamente, a la vez que el acceso a contenidos se ha universalizado (me permito esta expresión, aunque habría que hacer muchos matices), se ha generado tal cantidad de información ruido-basura-redundante que supone un obstáculo real que hay que superar para acceder al contenido de calidad.

En cuanto al tercer elemento (oportunidad y contextos para la práctica), he hablado ya de este tema en los párrafos anteriores. Además, traigo aquí una frase del pedagogo francés Célestin Freinet [Link wikipedia]:
No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.”

El conocimiento sirve para resolver problemas, para mejorar, para caminar –con Eduardo Galeano [Link youtube]– hacia las utopías,... Y para esto hay que ponerlo en valor y utilizarlo. Y aquí tengo que detenerme a dar una explicación, para que se entienda lo que quiero decir. El conocimiento está en las personas, únicamente en ellas. Por tanto, interpretar correctamente las frases anteriores de utilizar el conocimiento y ponerlo en valor es hacer lo propio con las personas que tienen conocimiento. La otra interpretación, la de que tenemos que actuar desde el conocimiento que tengamos es una frase vacía, ya que siempre lo haremos así, sin escapatoria.

Ejercitar el músculo del conocimiento (del pensamiento crítico) tiene la cualidad de ser una competencia (ahora que están tan de moda en el mundo educativo) que aplicaremos también a otros saberes, pero no de manera automática, claro está, sino a medida que desarrollamos esa capacidad a través del conocimiento en otras materias.

Colectivos, comunidades, sociedades pueden desarrollar y ejercitar también este músculo. También pueden no hacerlo. Si no lo hacen, los individuos que sí lo hagan lucharán a contracorriente. Si lo hacen, creo que podrán construir colectivos, comunidades, sociedades más habitables, humanas y desarrolladas en todos los sentidos de la palabra.

En las tendencias actuales hay elementos que no ayudan a ejercitar este músculo. Algunos ejemplos:

  • El imperativo de la rapidez. Quizá debamos recuperar un slow thinking, un pensar reposado, pausado, un pensar que permita volver a reflexiones que hacíamos hace unos meses o que alguien escribiera hace años... y no vivir al ritmo de Facebook o Twitter o del último post.

  • Referencias y ejemplos. Las distintas cadenas de televisión ofrecen debates y otros programas que ofenden a la inteligencia y causan malestar por la ausencia total y absoluta de los elementos que aquí se reivindican para una sociedad (individuos) emancipada.

  • Tendencia a lo simple. Recogiendo aquella idea que se suele atribuir a Einstein de que si comprendes algo realmente puedes hacérselo entender a cualquiera (No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela”), hemos dado varias vueltas de tuerca más y decimos: “Yo no voy a hacer ningún esfuerzo por comprender. Si tú de veras lo entiendes, me lo tienes que explicar para que yo lo entienda sin esfuerzo”. Esto es un contrasentido porque no hay manera de llegar al conocimiento (= pensamiento crítico) sin esfuerzo intelectual.

    Además, estos planteamientos nos llevan a hablar solo de aquello que entendemos realmente, cuando en el mundo del conocimiento de lo que tenemos que hablar es, sobre todo, de aquello que estamos intentando entender.

    Pero esta moda está ahí, representada en expresiones tan utilizadas como el odioso KISS (Keep It Simple, Stupid!) que, bajo la apariencia de un beso, te escupe un insulto a la cara, además del perverso fondo que contiene cuando se utiliza de manera idiotizante y alejado de contextos como el que haría decir a Da Vinci que “la simplicidad es la sofisticación definitiva”.

    Frente a esta adoración de lo simple, me llamó la atención, porque es poco común, la siguiente cita que hace un llamamiento –bien distinto del anterior– a“analistas que sean capaces de complejizar y no infantilizar”:
    La gente no se va a leer los cables enteros [se refiere a WikiLeaks], de igual forma que no se va a leer la Ley de Economía Sostenible entera. No es problema. Si no puedes ser WikiLeaks, tienes que ser un intermediario que sea capaz de destacar información y llevarla a la ciudadanía. Esa es la contrainformación del siglo XXI: o revelas secretos o los analizas. (...) tienen que leer los cables, darles contexto y generar discurso. Ya no pueden ser un simple hub [concentrador] de todo un movimiento que ni existe ni avanza unido. No necesitamos portales, necesitamos analistas. Y, además, analistas que sean capaces de complejizar y no infantilizar. Mensajes claros pero profundos.”
    [Reflexión de Txarlie de Hacktivistas, recogida en Margarita Padilla, “El kit de lucha en Internet”, Traficantes de Sueños, 2012]

    Hacer creer a la gente que iba a acceder al conocimiento o emancipación intelectual sin esfuerzo, es probablemente una de las vías más eficaces para conseguir personas manipulables, y quizá esto esté en estrecha relación con el fracaso o problemas del sistema educativo que hoy vivimos. Pero no es el sistema educativo quien ha inventado y extendido esta creencia, sino que éste es víctima de primer orden de tal creencia, extendida a otros niveles, con otros intereses. Las posibilidades a través de tecnologías (como la psicología) y medios (como los medios de comunicación) de influir en las creencias de las personas ha sido mayor que en ninguna otra época de la historia. A primera vista, creo que este es un origen mucho más claro del problema que atribuírselo al sistema educativo. Por otro lado, a pesar de que insistimos una y otra vez en ello, creo que tampoco deberíamos buscar la solución en el sistema educativo, aunque éste, como agente responsable de primer orden, no pueda mirar hacia otro lado.

  • El imperativo de lo nuevo. Y su contrapartida de rechazo a lo que tiene días, meses, años, siglos... Nos lleva al presentismo, a que las referencias se diluyan, a no darnos ese tiempo para la reflexión. A limitar tanto nuestros filtros que casi ni tenemos, eligiendo sin más la interpretación de moda o aquella que primero sale o más se repite en Google o papagayeando lo que dicen aquellos de los que nos fiamos: nuestro periódico, locutor, bloguero, tuitero... de confianza; nuestras referencias políticas y públicas de confianza o con los que sentimos cierta identificación; nuestras referencias expertas en determinados temas; etc.


Tendencias todas ellas, decía, que no ayudan a ejercitar el músculo del conocimiento y del pensamiento crítico, que hacen que sus fibras (es decir, los filtros) se debiliten, y nos orientan como individuos y como sociedad hacia una distopía con elementos de Orwell, Huxley o Philip K. Dick.

¿A alguien se le ocurre qué pregunta nos deberíamos hacer para cambiar esto?



Más consciencia y más feminismo

He empezado a escribir un comentario al interesante artículo que ha escrito Izaskun Merodio y hemos publicado en el blog de Hobest: "Personas y Empresas, el sospechoso discurso de la neutralidad", y me extendía tanto que lo he aprovechado para añadir una entrada en mi blog.

Comparto lo que dicen Izaskun y Silvia sobre la falta de consciencia sobre el tema de género. "Nos movemos entre el espejismo de la igualdad y la inconsciencia de la desigualdad" recoge Izaskun. Voy a profundizar en este tema de la incosnciencia.

Creo que ahora mismo, si hacemos una encuesta a pie de calle, habrá muchas, muchísimas mujeres que no se identifiquen con el feminismo, y esto quiere decir que:
  1. las mujeres no son conscientes de la desigualdad de oportunidades que les toca vivir. 
  2. el concepto de feminismo está devaluado, desvirtuado, no se interpreta como lo que realmente es.
Escuchaba esta mañana en la radio que un pequeño porcentaje de los jóvenes cree que los hombres tienen más facilidades que las mujeres a la hora de desenvolverse en el mercado laboral, pero  “la buena noticia” es, decía la periodista, que una mayoría de los jóvenes cree que no hay discriminación o que ésta ha disminuido.

Sus palabras sugieren -al oyente no crítico o que no esté alerta- que la realidad es como la imagen que construimos sobre ella: así, si una mayoría cree que no hay discriminación, esto significa sencilla y llanamente, que no hay discriminación, porque la mayoría tendrá razón, ¿no? En fin... Esto es una tremenda tontería (no sé de dónde salen estos periodistas o si ya no es falta de profesionalidad, sino una técnica más de manipulación que utilizan). Si queremos analizar si existe o no discriminación en algún ámbito, sea éste de la igualdad de género en el mercado laboral o sea cualquier otro, deberemos utilizar una forma de análisis distinta a la consulta a las personas que viven “adaptadas” a esa situación. La consulta puede ser interesante, claro, pero no podemos interpretar sus resultados como hacía esta periodista.

Evidentemente, hay pruebas mil de que existe discriminación en el mercado laboral. Por tanto, el hecho de que la mayoría crea que no, solamente hace ver la falta de consciencia sobre la realidad, lo que debería no alegrar a la periodista sino preocuparla doblemente: por la falta de igualdad real y por la inconsciencia que la gente (jóvenes en este caso) tienen de ello.

Y creo que hay que reivindicar el feminismo. Hace unos meses, la hija (de veintitantos) de mi pareja, muy de izquierdas y progresista, rechazaba el feminismo, no se identificaba con él. Quizá se haya extendido la idea de que ser feminista es lo inverso de ser machista: aspirar a la dominación social de la mujer sobre el hombre. Quizá el feminismo haya perdido a la generación más joven. Habrá que recuperarla. El feminismo es la aspiración de que hombres y mujeres tengamos realmente las mismas oportunidades en la vida, en la sociedad. Y si bien estamos mejor que hace décadas, falta muchísimo camino para que esto sea una realidad, y quizá no solo falte mucho sino que estemos retrocediendo.

Es muy interesante y sugerente la idea de la centralidad de la vida que plantea Izaskun. ¿Cómo se hace esto? ¿Quién puede “comprar” esta idea (no me gusta mucho la expresión, pero se hace entender)? Me pregunto esto porque hace tiempo que caí del guindo y no suelo "perder" el tiempo pensando cómo sería un mundo diferente o mejor, un mundo ideal... no creo que tengamos capacidad para transformar las cosas a través de la evangelización, la sensibilización... Ese modo solo sirve al poder y ¡¡bien que le sirve!!, pero no a quien está al otro lado. Traigo a colación una frase de Pako Aristi referida al euskara, que me hizo pensar cuando la leí, en los diferentes casos en los que tratamos de alterar las relaciones desiguales de poder (lenguas minorizadas, desigualdades sociales, de género, etc.):
sedukzioak ez du eraginik politikan. Zure kideekin erabiliko duzu, indarrak metatzeko, baina etsaiari sedukzioa eskaintzea zure ahuldadea agertzea da.” (*)

Siguiendo el hilo, prefiero pensar en las condiciones y contextos en las que una (buena) idea realmente pueda germinar.

Se me ocurre que "la centralidad de la vida" tiene perfecto encaje en el mundo de la educación, en el desarrollo de las comunidades educativas en torno a cada unidad escolar. Debería ser posible. ¡¡Lo intentaremos!!



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(*): Pako Aristi: “Hizkuntzen arteko elkarbizitzarik ez da existitzen”. Mila esker, Martin, estekagatik. "La seducción no tiene efecto en política. La utilizarás con tus aliados, para aunar fuerzas, pero ofrecer seducción al enemigo es mostrarle tu debilidad."

Mis propósitos para 2013

Tiendo a tener muchas ideas de las cuales solo una pequeña parte se convierte en realidad, no por falta de constancia en el trabajo (de hecho, con mis compañeros de Hobest no suelen faltar comentarios y bromas sobre lo persistente que soy), sino más bien diría que por una descompensación entre generación de ideas y capacidad material de convertirlas en realidad, podríamos llamarlo hiperproducción. Sé que no todo lo que piense y escriba se hará realidad. Pero esto es secundario. El hecho de tener ideas, ilusiones, y vivir en la energía que genera la construcción y la creatividad me resultan prioritarios. Aquí va mi lista incompleta:

  1. Migrar a wordpress. Es un tema que tengo pendiente desde hace tiempo años. Recuerdo una conversación con Lorena antes de diseñar la nueva web de Hobest, allá por 2009, en la que ya salió el tema. Es una herramienta que no he utilizado y no sé en qué momento me animaré a indagar, tampoco sé si necesitaré mucha ayuda o podré apañarme más o menos sola, bueno sola sé que no estoy con los estupendos amigos de la lista de aprendices siempre dispuestos a echar una mano. Tras haber migrado a Ubuntu ya hace más de 2 años y funcionando al 100% con este sistema, creo que es un paso que tengo que dar. La siguiente será desapegarme, quitarme la dependencia, de google, sobre todo de gmail. Pero ya llegará; ahora, ni me lo planteo. De momento, centro mi atención en esta migración, que ya es bastante.
     
  2. Activar mi participación tanto en este mi blog como en la web-blog de Hobest, encontrando mi lugar en cada uno de los dos espacios. E indagar y explorar para escribir también en otros lugares / plataformas. Ponerme a escribir algo extenso (se esté germinando quizá el proyecto de un libro). Seguir activando hobest.edita. Activación y ordenación. Organizar otros temas como mi wiki, perfiles que tengo por aquí y por allá...

  3. Seguir profundizando en tantos temas que me interesan: Cultura Libre y/o Internet; activación de colectivos y comunidades (incluidas empresas y otras organizaciones, evidentemente) y/o de la participación y el empoderamiento; transformación de la educación; feminismos; gestión y empresa en clave de humanización y sostenibilidad; y un largo etcétera.
     
  4. Mezclar los puntos segundo y tercero con este cuarto de hacer red: enredarme en proyectos que tengan que ver con los temas que me interesan, para aprender, enriquecer(me/nos), compartir,... y actuar: poner en valor la fuerza del hacer juntos para conseguir cosas que solos no podemos, y divertirme compartiendo con gente también muy diferente a mí con la que seguro también tendré espacios de coincidencia, o como dice Margarita Padilla [1] en un libro del que me gustará escribir más extensamente (espero hacerlo y que no sea una de esas ramas del árbol que quedan chiquitinas, como idea no realizada), “información y comunicación por sí solas nunca podrán hacer swarming [2] si no hay otros dos elementos más: un horizonte compartido y el intercambio de acontecimientos y de afectos”.

  5. Indagar en la herramienta como elemento inseparable del mensaje. En el mismo libro: “Si antaño se podían redactar muy buenas octavillas sin conocer el funcionamiento del ciclostil, eso ahora ya no es posible, porque la octavilla y el ciclostil son (recursivamente) la misma cosa. El kit de la lucha debe reforzarse con nuevos conocimientos tan políticos como en su día lo fueron los cursos de alfabetización que los anarcosindicalistas impartían entre los círculos obreros. Tecno-política. Pero con la diferencia de que Internet no se estudia ni se aprende. Internet se hace, con otros, en red. Y, al hacerse, se piensa.” He visto en estas palabras algo sobre lo que he reflexionado, he intuido, y en cierta forma también he vivido. Esta perspectiva abre un camino hacia territorios completamente nuevos. Algunos hacemos Internet porque generamos contenidos usando aplicaciones que otros crean, pero hay otra forma de hacer Internet, a la que se refiere, entiendo Padilla, en la que soy totalmente profana pero me resulta apasionante por su inmenso potencial y porque intuyo que es ahí donde realmente se juega la batalla.

  6. Ideas para proyectos. A veces se me ocurren ideas sobre productos o servicios o modalidades de estos que me gustaría que existieran. A veces podrían dar origen a un proyecto empresarial. A veces podrían dar origen a coberturas de necesidades de colectivos determinados... Y me digo: tendría que escribir estas ideas para que al menos pudieran circular y quizá alguien las pueda aprovechar y ponerlas en valor, generando riqueza de múltiples formas.

  7. Compartir mis pequeños hallazgos sobre aplicaciones y usos interesantes que descubro. Que mi aprendizaje pueda servir a otras personas igual que yo me nutro del aprendizaje de tantas y tantas otras.

  8. Hacer algo en el ámbito de la celiaquía, seguir en el ámbito del euskara... Y... y... y... Seguro que quedan muchas cosas que también querría hacer, pero tengo que dar fin en algún momento a esta lista.

Habrá una factor decisivo en el desarrollo de todo esto (no digo nada nuevo) y es que los proyectos financiados en los que me embarque tengan relación con -algunos de- los contenidos de esta lista. Lo que menos me gusta de estos momentos de difícil coyuntura económica es la cantidad de energía que se pierde en la búsqueda. Invoco a la serendipia. A ver si somos capaces de agilizar la búsqueda, de encontrarnos y comprometernos con mayor facilidad...



[1] Margarita Padilla, “El kit de lucha enInternet”, Traficantes de Sueños, 2012


[2] En wikipedia: El Swarming, también llamado directamente por su traducción literal al castellano, Enjambre o Enjambramiento, es un tipo de estrategia aplicable en todo tipo de conflictos (militares, ciberguerra, netwar, etc.). En el swarming se ataca al enemigo a través de la convergencia de ataques de muchas unidades autónomas o semi-autónomas sobre un objetivo (multiagente) y estos ataques pueden tener muchas diferentes formas (multicanal). Aspectos importantes en esta estrategia son la movilidad, el reagrupamiento, la comunicación, la autonomía de la unidad y coordinación/sincronización de sus actividades.

Movimientos sociales: En el mundo actual, entre las organizaciones e individuos que quieren influenciar en el diseño de la sociedad del futuro, es habitual la cooperación. Esta cooperación se realiza en el marco de lo que se llama una netwar y adoptan estrategias de swarming. Como ejemplos de este tipo redes podemos hablar de la red Anonymous y también de redes enfocadas en la defensa a ultranza de la libertad de expresión. Las netwar no son desarrolladas por una organización en sí misma sino por un conjunto de organizaciones e individuos aislados que cooperan para lograr un objetivo social concreto.

La imagen es de Agustin Tife en Flickr