Más consciencia y más feminismo

He empezado a escribir un comentario al interesante artículo que ha escrito Izaskun Merodio y hemos publicado en el blog de Hobest: "Personas y Empresas, el sospechoso discurso de la neutralidad", y me extendía tanto que lo he aprovechado para añadir una entrada en mi blog.

Comparto lo que dicen Izaskun y Silvia sobre la falta de consciencia sobre el tema de género. "Nos movemos entre el espejismo de la igualdad y la inconsciencia de la desigualdad" recoge Izaskun. Voy a profundizar en este tema de la incosnciencia.

Creo que ahora mismo, si hacemos una encuesta a pie de calle, habrá muchas, muchísimas mujeres que no se identifiquen con el feminismo, y esto quiere decir que:
  1. las mujeres no son conscientes de la desigualdad de oportunidades que les toca vivir. 
  2. el concepto de feminismo está devaluado, desvirtuado, no se interpreta como lo que realmente es.
Escuchaba esta mañana en la radio que un pequeño porcentaje de los jóvenes cree que los hombres tienen más facilidades que las mujeres a la hora de desenvolverse en el mercado laboral, pero  “la buena noticia” es, decía la periodista, que una mayoría de los jóvenes cree que no hay discriminación o que ésta ha disminuido.

Sus palabras sugieren -al oyente no crítico o que no esté alerta- que la realidad es como la imagen que construimos sobre ella: así, si una mayoría cree que no hay discriminación, esto significa sencilla y llanamente, que no hay discriminación, porque la mayoría tendrá razón, ¿no? En fin... Esto es una tremenda tontería (no sé de dónde salen estos periodistas o si ya no es falta de profesionalidad, sino una técnica más de manipulación que utilizan). Si queremos analizar si existe o no discriminación en algún ámbito, sea éste de la igualdad de género en el mercado laboral o sea cualquier otro, deberemos utilizar una forma de análisis distinta a la consulta a las personas que viven “adaptadas” a esa situación. La consulta puede ser interesante, claro, pero no podemos interpretar sus resultados como hacía esta periodista.

Evidentemente, hay pruebas mil de que existe discriminación en el mercado laboral. Por tanto, el hecho de que la mayoría crea que no, solamente hace ver la falta de consciencia sobre la realidad, lo que debería no alegrar a la periodista sino preocuparla doblemente: por la falta de igualdad real y por la inconsciencia que la gente (jóvenes en este caso) tienen de ello.

Y creo que hay que reivindicar el feminismo. Hace unos meses, la hija (de veintitantos) de mi pareja, muy de izquierdas y progresista, rechazaba el feminismo, no se identificaba con él. Quizá se haya extendido la idea de que ser feminista es lo inverso de ser machista: aspirar a la dominación social de la mujer sobre el hombre. Quizá el feminismo haya perdido a la generación más joven. Habrá que recuperarla. El feminismo es la aspiración de que hombres y mujeres tengamos realmente las mismas oportunidades en la vida, en la sociedad. Y si bien estamos mejor que hace décadas, falta muchísimo camino para que esto sea una realidad, y quizá no solo falte mucho sino que estemos retrocediendo.

Es muy interesante y sugerente la idea de la centralidad de la vida que plantea Izaskun. ¿Cómo se hace esto? ¿Quién puede “comprar” esta idea (no me gusta mucho la expresión, pero se hace entender)? Me pregunto esto porque hace tiempo que caí del guindo y no suelo "perder" el tiempo pensando cómo sería un mundo diferente o mejor, un mundo ideal... no creo que tengamos capacidad para transformar las cosas a través de la evangelización, la sensibilización... Ese modo solo sirve al poder y ¡¡bien que le sirve!!, pero no a quien está al otro lado. Traigo a colación una frase de Pako Aristi referida al euskara, que me hizo pensar cuando la leí, en los diferentes casos en los que tratamos de alterar las relaciones desiguales de poder (lenguas minorizadas, desigualdades sociales, de género, etc.):
sedukzioak ez du eraginik politikan. Zure kideekin erabiliko duzu, indarrak metatzeko, baina etsaiari sedukzioa eskaintzea zure ahuldadea agertzea da.” (*)

Siguiendo el hilo, prefiero pensar en las condiciones y contextos en las que una (buena) idea realmente pueda germinar.

Se me ocurre que "la centralidad de la vida" tiene perfecto encaje en el mundo de la educación, en el desarrollo de las comunidades educativas en torno a cada unidad escolar. Debería ser posible. ¡¡Lo intentaremos!!



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(*): Pako Aristi: “Hizkuntzen arteko elkarbizitzarik ez da existitzen”. Mila esker, Martin, estekagatik. "La seducción no tiene efecto en política. La utilizarás con tus aliados, para aunar fuerzas, pero ofrecer seducción al enemigo es mostrarle tu debilidad."

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