Cuando las personas desarrollan o despliegan su potencial transforman, cambian, crean, influyen, critican, cuestionan. Con ello generan reacciones de atracción y de repulsión en otras según cómo éstas se sientan "tocadas" por la acción o acciones en cuestión o por el efecto que -con o sin rigor- atribuyen a las mismas. Por un lado, pueden emerger nuevas y atractivas realidades. Pero por otro, se tambalean parcelas de comodidad y de seguridad. Y entran en acción juegos de poder, de bloqueo, de contención de los que sienten repulsión; y se mezclan con impulsos de construcción, de ilusión, deseo, motivación de los que se sienten atraídos.
Esta no es la esfera del bien y del mal, como absolutos, sino como subjetivos. Es la esfera de la vida, del movimiento, del conflicto natural inmanente a la vida. Es la esfera de los miedos y de los sueños.
Posts relacionados:
El mito del líder
De verdades y mentiras
El mito del líder
De verdades y mentiras
1 comentario:
Cambiar es vivir, aunque el resultado sea siempre incontrolable
Publicar un comentario