Simone de Beauvoir

“Pierda el hombre, por lo tanto, la esperanza de refugiarse en su pureza interior, y también la de perderse en el objeto ajeno. La dispersión temporal y la separación de las conciencias no le permiten soñar con una reconciliación definitiva consigo mismo. El desgarramiento que es su destino es el rescate de su presencia en el mundo, de su trascendencia y de su libertad. Si trata de huir, termina por perderse: no hace nada, o lo que hace no es nada. Debe asumir su libertad. Sólo a ese precio llega a ser capaz de superar realmente lo que está dado –ésa es la verdadera moral- y de fundar realmente el objeto en el cual se trasciende, y ésa es la única política válida. A ese precio, su acción se inscribe concretamente en el mundo, y el mundo donde él actúa es un mundo dotado de sentido, un mundo humano.”

Simone de Beauvoir en “El existencialismo y la sabiduría de los pueblos”, Edhasa, 2009 (pág. 97)

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