Krisis (Alfonso Vázquez)

Recojo aquí un artículo de Alfonso Vázquez publicado en el segundo número de este año de la revista Estrategia Empresarial, nº 352, 16-31 enero 2009. Próximamente esta revista publicará la continuación a este artículo: "La hora de la política".

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KRISIS

Alfonso Vázquez

“La llamada crisis económica actual es, en principio, una combinación compleja del agotamiento del ciclo industrial, el estallido de la burbuja especulativa y el afloramiento de las grandes estafas bursátiles (...) sugiero que nos encontramos ante una crisis profunda del modelo de acumulación capitalista”. Ahora hace seis años escribía estas líneas en esta misma columna. Y hoy como ayer, el riesgo consiste en tratar esta crisis como una más...[1] Porque, ¿qué es esta crisis?

La actual es una crisis del modelo de acumulación capitalista, no una crisis de demanda y oferta descompensadas. Durante veinte años, coincidiendo con el desplome del sistema soviético, nos han dado para vivir la alegría orgiástica del sistema, basado en la búsqueda del beneficio allí donde fuera más jugoso, lo que ha llevado a desplazarse desde la economía real (o productiva) hacia la esfera virtual del juego financiero, sin referencias –no interesaban, claro- con lo realmente producido. El resultado está a la vista: La burbuja estalla, el dinero ha desaparecido, y los efectos de la crisis arrastran a la economía real hacia una recesión cuyo alcance desconocemos.

Se han inyectado recursos ingentes precisamente en aquellos agujeros que han provocado esta situación, con sus siniestros corolarios de despidos masivos en las industrias, de suspensión de la lucha contra el cambio climático, de suspensión de la ayuda al desarrollo... ¿Quién nos dice que esto no puede volver a producirse, con efectos mucho más, si cabe, devastadores, en dos, tres o cinco años? Estamos amenazados con una catástrofe planetaria mientras nuestros “poderes públicos” acuden al rescate (a “pagar el rescate”) de los especuladores.

La crisis actual viene provocada, como he sostenido reiteradamente, por la explosión de la economía del conocimiento (como una economía que contiene en sí misma las raíces de la liberación del trabajo dependiente, de la alienación del trabajo) y las necesidades de revalorización del capital de superar esta “dependencia” (su inmersión en la esfera virtual/especulativa y bélica). De esta forma se activa un antagonismo latente, aunque púdicamente oculto todavía, entre la economía real, la generadora de valor y de riqueza, y la economía financiera/especulativa, que la engulle en sus movimientos especulativos. O, dicho de otra forma, entre la sociedad real y la sociedad virtual del Capital.

¿Qué hacer desde el ámbito empresarial ligado al “territorio”, implicado en su sociedad? Creo que, al menos, podemos trabajar intensamente en generar un nuevo concepto de riqueza (en la “sociedad de la abundancia”, no lo olvidemos) que supere el absurdo al que nos ha llevado el neoliberalismo en su brutal asimilación de riqueza con obtención o consumo de valor monetario (de “valor de cambio”). Entender la generación de riqueza como producción de bienes y servicios, pero también de subjetividades, de cultura, de riqueza inmaterial, de afectos, de solidaridad, de ecología... Para ello, considero imprescindible que nos basemos en el proceso de transformación/liberación del trabajo dependiente hacia un trabajo del “conocimiento”, del pensamiento, el deseo y la acción, ya que sólo de él depende la generación de creatividad e innovación que nos son, hoy en día, imprescindibles. Y de esa liberación depende la generación de una esfera de lo político fundamentada en lo comunitario, en lo local, donde creación de riqueza social y solidaridad se fundan.

Tendremos que abrir bien los ojos, porque nos adentramos en territorio desconocido.

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[1] La argumentación de este artículo está desarrollada en este otro artículo del autor: "Política de la riqueza, riqueza de la política" - Acceder al texto

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* Artículo publicado en la revista Estrategia Empresarial, nº 352, 16-31 enero 2009

La imagen es de f650biker en flickr

3 comentarios:

Germán Gómez dijo...

Imaginar el futuro es casi una tarea imposible. Solo con intuir las líneas de evolución e intentar aplicarlas a nuestros micromundos tenemos suficiente tarea.
Me queda la duda si es mejor hacer hicapié en los temores o en las oportunidades. Más que nada porque los miedos pueden ser un problema en si mismos.

Alberto dijo...

Se intuye un cambio profundo, en la comunidad, en la red, en la empresa... se percibe a través de reflexiones como esta, y otras... hay algo... tal vez solo sea cansancio, hartazgo, pulsión... tal vez sea la ultima palabra, agónica, de la izquierda desaparecida bajo los cascotes del muro de Berlin. Algo hay, sí, pero si miramos alrededor ¿que vemos? clasismo resucitado, opulencia, apariencia, consumismo, ¿sociedad del conocimiento? mas bien abunda lo contrario... ¿es posible cambiar la sociedad sin la sociedad?, las revoluciones se hacen para la gente pero sin la gente (Rev francesa, Rev sovietica...)...
En plena decandencia del imperio romano había voces preclaras que avisaban del peligro.. las epocas doradas del desarrollo cultural y artístico son las que preceden la caida de los imperios... busquemos signos de la belleza que anuncia la crisis, puede ser instructivo.
¿quien dijo que "la mejor prueba que podemos sacar de las miseria de nuestra sociedad es la que sacamos de la contemplación de su gloria"( o algo asi...)

De mi padre aprendí muchas cosas pero una es la que siempre tengo presente: de algo malo que te sucede si no buscas algo bueno, será algo malo para siempre, pero si de ello sacas algo bueno, lo que era malo ya no lo será.
Optimismo siempre, hasta en los peores momentos!

Maite Darceles dijo...

Gracias Germán. En eso estamos, tratando de desvelar qué oportunidades nos brinda el momento para intentar propiciar cambios positivos...
Webmaster, tu comentario me pareció muy bonito cuando lo leí en su momento. Y me doy cuenta de que aún no te lo había agradecido... "busquemos signos de la belleza que anuncia la crisis"
Ah! y tu nombre no me permite identificarte. ¿Lo has hecho a propósito o es que blogger te ha vuelto "loco" para escribir este comentario? Esto de hablar con alguien que no sabes si le sabes poner cara o no tiene su aquel...
Saludos a los dos,
Maite

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