De los buenos líderes, la gente no nota su existencia.
A los no tan buenos, la gente les honrará y alabará.
A los mediocres, les temerán
y a los peores les odiarán.
Cuando se haya completado el trabajo de los mejores líderes,
la gente dirá: "lo hemos hecho nosotros"
Lao-Tsè en Tao Te King
Hace alguna semana leí este libro escrito hace cerca de 2.500 años y es sorprendente cómo todo ha cambiado tan poco, cómo la filosofía de entonces no sólo sigue siendo actual sino que la evolución de la "civilización" hace que tenga más relevancia si cabe que cuando se escribió: Lo que dice sobre la Apariencia y la Esencia, por ejemplo, es de rabiosa actualidad en la cultura de la imagen que hoy vivimos y algun@s quisiéramos combatir.
Propone reducir el deseo, la codicia, el querer ser, el querer tener... Simplemente ser... Qué bonito, qué lejano... ¿Es posible aquí y ahora? Me surgen dos cuestiones: una, en relación a la articulación de la sociedad, otra en relación al concepto de deseo:
- Parece que hubiera unas formas de deseo que refuerzan la apariencia, alejándose de la esencia. Pero también entendemos el deseo como aquello que nos une a nuestra esencia, ¿no? Aflorar nuestra autenticidad es dejar que nuestros deseos vuelen libres. En este sentido, ser y desear convergen, fluyen.
- Esta idea queda reforzada en la siguiente consideración: en lo ya dado, si entendemos lo dado como límite inquebrantable, recuperar o fortalecer la esencia pasa por eliminar capas de apariencia: máscaras, disfraces, ritos... Vaciarse. En cambio, si nos damos capacidad de mover las cosas (que la tenemos más que hace 2.500 años), superar lo dado requiere no sólo quitar capas de inautenticidad, sino desear mundos por venir.
Podéis acceder al texto completo de este libro en wikisource, otro de los proyectos de wikimedia, junto con wikipedia, wikiquote, etc., cuyo objeto es la publicación de textos completos que están ya en dominio público.
Propone reducir el deseo, la codicia, el querer ser, el querer tener... Simplemente ser... Qué bonito, qué lejano... ¿Es posible aquí y ahora? Me surgen dos cuestiones: una, en relación a la articulación de la sociedad, otra en relación al concepto de deseo:
- Parece que hubiera unas formas de deseo que refuerzan la apariencia, alejándose de la esencia. Pero también entendemos el deseo como aquello que nos une a nuestra esencia, ¿no? Aflorar nuestra autenticidad es dejar que nuestros deseos vuelen libres. En este sentido, ser y desear convergen, fluyen.
- Esta idea queda reforzada en la siguiente consideración: en lo ya dado, si entendemos lo dado como límite inquebrantable, recuperar o fortalecer la esencia pasa por eliminar capas de apariencia: máscaras, disfraces, ritos... Vaciarse. En cambio, si nos damos capacidad de mover las cosas (que la tenemos más que hace 2.500 años), superar lo dado requiere no sólo quitar capas de inautenticidad, sino desear mundos por venir.
Podéis acceder al texto completo de este libro en wikisource, otro de los proyectos de wikimedia, junto con wikipedia, wikiquote, etc., cuyo objeto es la publicación de textos completos que están ya en dominio público.
Enlace al libro Tao Te King
Enlace a biografía de Lao Tsè
4 comentarios:
Muchos jefes prefieren ser temidos. No saben lo que están perdiendo, tanto en la organización como en su vida personal.
Gracias, Isabel, por pasarte y dejar tu comentario.
Supongo que quien prefiere ser temido/a siente así por un mecanismo de defensa que le protege... pero ¿de qué le protege?
Un saludo,
Maite
Gracias Maite por difundir tanta sabiduría. Tanto ancestral, de este pensador-maestro, como actual, no conocía wikisource.
Explicas muy bien el doble y antagónico concepto del deseo. El deseo del ser, como anhelo interior de la conciencia: y el deseo del estar, de la personalidad, como búsqueda del placer instintivo.
Respecto del comentario de Isabel, creo que esa defensa nos protege para no profundizar en nuestro interior y darnos cuenta que nos convendría cambiar cosas, por responsabilidad y autenticidad, lo cual nos obligaría a movernos y salir de la comodidad. Y digo "nos" porque creo que tod=s tenemos algo (mucho o poco) de ese "jefe" ignorante.
Muchas gracias, Gonzalo, por tus cálidas palabras.
Me gusta que llamemos ignorante a ese jefe.
(Como bien dices, todos somos algo ignorantes, aunque, evidentemente, hay niveles, hay diferencias entre unas y otras personas, a veces, abismales, pero sin línea divisoria que nos coloque en la zona de la "sabiduría" o en la de la "ignorancia".)
Me gusta porque creo que las cosas pueden cambiar algo, si alguien entiende que su actuación (de ese tipo) se debe a su ignorancia, y como toda ignorancia llama a quien así se siente a superarla, y llama a quienes así definen a otro a no imitarlo, sino a aprender de lo que no hay que hacer...
En cuanto al deseo es uno de esos conceptos tan inaprehensible como vital... Seguiremos reflexionando y hablando de deseo...
Un abrazo,
Maite
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