Presentación del libro y debates abiertos: ¡anímate!

Hace ya más de un mes anunciaba aquí la inminente publicación de “Guías para la transformación”. Pues, sí: ya está. Seguro que muchos y muchas ya habéis tenido noticia de ello. Cuando salió coloqué la imagen del libro en la parte lateral superior del blog para desde allí poder acceder a la página de BAI donde se baja el texto en pdf y también a donde se rellena una petición del libro impreso para que te lo remitan, etc. (Eso sí, si estás por Bilbao, basta con pasarte por BAI (Sabino Arana, 8 - Tel.: 94 439 56 22) o por DIPE (Obispo Orueta,6 - Tel.: 94 406 73 00) para pedir un ejemplar y ahorramos gastos de envío.)

Tenemos ya fecha para su presentación: 28 de abril. En realidad va a ser un acto más abarcador que la mera presentación del libro. El título de la jornada es: “Propuestas de avance para la transformación económica y social” y culminará con la intervención de la Diputada Izaskun Artetxe sobre la apuesta del DIPE por la innovación y las personas. También van a estar Jon Morán (Gerente de BAI), Luis Cañada (Gerente de Vicinay Cadenas), Alfonso Vázquez (Hobest) y, por supuesto, personas del Servicio de Innovación para moderar y organizar la sesión: Borja Lastra, Mikel Jaureguibeitia, Inaz Garmendia, a quienes estoy profundamente agradecida por cómo se están volcando con todo el tema. Mila esker denei.
En este link podéis ver el programa completo del acto y, si os animáis, tenéis que enviar un correo a la dirección bizkaiberri@bizkaia.net con vuestro nombre, cuenta de correo y, si queréis, el nombre de vuestra organización.

En mi wiki (en esta página) estoy recogiendo lo que va sucediendo en torno al libro, que, la verdad, por momentos, es un poco abrumador; parece que lo de los aleteos de las mariposas y estas cosas de las que habla la teoría del caos no es “mera teoría”. A esa página de mi wiki también se puede acceder desde la imagen del libro que tengo colocada, como antes os comentaba, en la parte lateral superior. Supongo que si entráis de vez en cuando iréis encontrando novedades. Hasta ahora, al menos, así es...
Entre lo que está sucediendo, a parte de esta movida en torno a la presentación y la intensa actividad de los debates del Foro de Itaca, hay una iniciativa que quiero destacar. Se trata de una idea puesta en marcha por Silvia Muriel por su propia iniciativa: lanzar un debate sobre el libro utilizando la herramienta Google Groups y abierto a todo aquel y aquella que quiera participar:
- Aquí podéis ver el correo que está mandando para invitar y dar a conocer este tema.
- Aquí, la presentación que hace de la dinámica de debate propuesta.
- Y aquí, accedéis al Grupo de Google específico "Guías para la transformación: lectura compartida", donde os podéis apuntar y/o seguirlo.
Por cierto, el debate comienza hoy, 17 de abril. ¡A ver con qué nos sorprende!

Os agradezco a todas y todos el interés que estáis mostrando por el libro y os animo a entrar en su debate en la forma que más os guste, e inventando y poniendo en marcha también nuevos formatos, si cabe. Creo que una gran ventaja de la 2.0 es precisamente que cualquiera puede inventar un procedimiento, un método, una dinámica que pueda resultar exitosa y movilizar mucho tras de sí, tanto en cantidad como en calidad. Además, algo que me interesa particularmente aunque aún no he reflexionado sobre el tema -o, mejor, no he pasado por un proceso de percepción suficientemente amplio (manejo aquí la idea de percepción como en "Conectarse con la fuente: El Proceso-U")- es cómo convertir o utilizar la web 2.0 para la profundización del debate intelectual. Me explico. En muchos terrenos ha habido herramientas que han ido adquiriendo mucha fuerza por su gran eficacia: youtube para compartir vídeos, wikipedia para construir una enciclopedia entre todos, facebook para relacionarse con otras personas, flickr para compartir fotos, etc. etc. etc. Pues tengo la intuición de que en el terreno del debate y construcción intelectual está aún por construir esa herramienta eficaz o la primera de esas herramientas eficaces… Y creo que buena falta hace. Sería una verdadera palanca para el cambio de paradigma que ansiamos ¿no?

5 comentarios:

Totorika dijo...

Zorionak Maite liburuengatik eta ekitaldian esan zenduzen hitzarengatik. Oso ondo eta gustora egon nintzen.
Argazki batzuk egin nuen eta hemendik hartu ditzakezuz http://www.flickr.com/photos/36974226@N00/.
Baita bideo bat hemen: http://www.youtube.com/watch?v=p3ChyUQ6w0k

Maite Darceles dijo...

Mila esker, Totorika. Argazkiak oso politak dira eta bideoa oso txukun geratu da (musika ere asko gustatu zait). Nire wikian sartuko ditut loturak edo/eta bideoa txertatuko dut. Pozten naiz.

Anónimo dijo...

“¿Qué os quiero ofrecer?”

Lo que quiero ofrecer parece que no es lo que se me pide que ofrezca. Y no, no se trata de estar fuera del sistema (no soy tan ingenuo). Pero tampoco de ser el homeopático y pintoresco elemento crítico. Nada de alternativas, quiero ser mainstream. Una pandemia capaz de afectarlo TODO (demasiado poco posmoderno, ya lo se).

Porque no creo en la evolución bienintencionada de quienes tienen el poder (por mero instinto, en primer lugar lo quieren seguir manteniendo). Porque hay que salir del discurso del amo y del paradigma imperante –aunque sea quienes pagan nuestras facturas-. Porque no existe la organización orientada a las personas sino en todo caso, las personas orientadas a la organización (¿y por qué van a estarlo cuando siempre han sido y siguen siendo la primera pieza prescindible?). Porque, si hay que creer en algún tipo de organización colectiva (del tipo que sea), sólo lo haré en aquellas que antepongan lo común a lo particular (lo que no significa renunciar a nuestra condición de individuos). Porque si tengo que creer en el amor como energía para el cambio (me gustaría poder hacerlo), prefiero creer en personas que aman a otras personas y no en personas que aman a las organizaciones en las que trabajan (cada día siento más mi gusto por ir a trabajar, como una grave disfunción que soy incapaz de corregir/curar).

Porque “cuando los dinosaurios dominaban la tierra eran otros tiempos y ahora es de otra manera” y eso supone entre otras muchas cosas, que conceptos como competitividad, cuenta de resultados, crecimiento o mercado están obsoletos, igual que lo está la empresa como modelo organizacional. Porque ese sistema del que no podemos salir, tiene fisuras, las buscamos y las encontraremos. Porque ahora sólo tenemos preguntas, pero cualquier día encontraremos alguna respuesta. Y no hay vuelta a atrás. Lo demás es pura decadencia. Caminar entre dinosaurios. Alargar la agonía o tratar de revivir a un muerto (que bien muerto está).

Por eso no me asusta el concepto “revolución” (que el capitalismo se ha esforzado tanto en situar como de mode). Porque aunque soy consciente de que es un proceso traumático y de incertidumbre, la situación agónica actual también lo es, pero sin ofrecer ninguna promesa a cambio. Porque la revolución sólo la teme quien es capaz de mantenerse cínicamente impostado, sobreviviendo al margen o a costa de “el otro”.

Pero no creo en la revolución de los humanistas, de los ilustrados, de los líderes, de quienes dicen que conocen el camino. Porque siempre sacrifican/sacrificamos a la infantería, porque siempre están/estamos dispuestos a negociar. Espero, como dice un amigo, a “los cuasimosdos”, a los desechables, a quienes no tienen “nada” que perder. Y espero que me pasen por encima, porque probablemente significará que algo si se está transformando.

Mientras tanto sigo jugando. “La primera regla del club de la lucha es que no se habla del club de la lucha”.

Un saludo


Ricardo_AMASTÉ

P.D. Maite, nada me gustaría más que tu libro me ayudase a tener un punto de vista menos ¿pesimista? Voy a intentarlo.

Maite Darceles dijo...

Muchas gracias, Ricardo. Siempre que te leo encuentro una carga de profundidad bastante inusual. Encuentro significado, en lugar de palabras vacías, desgastadas por su uso y abuso.
Me encantaría que la lectura de mi libro te hiciera verlo de forma menos pesimista, y me resulta muy halagador que tengas esa expectativa :-). Pero intento no caer en el optimismo iluso, sino que creo que tenemos que trabajar todos y todas (los que queramos, claro, pero MUCHOS y MUCHAS si somos capaces de "afectarlo TODO") desde aquello que creemos, allí donde podamos intervenir, allí donde esté nuestro ámbito de poder (poder para) o de acción, en definitiva, allí donde nos movamos...
Los más vinculados al mundo de la educación, podrán trabajar en ese terreno; los vinculados al mundo de las organizaciones y empresas, en este otro; los vinculados a la administración, en éste; los vinculados al mundo del arte, en éste...
Así lo veo yo...
A ver si en otra ocasión ¡nos saludamos en persona! (entre amigos, familias, etc. no fue posible). De momento, un saludo digital,

Alfonso Vázquez dijo...

Muchas gracias, Ricardo y Maite, por vuestros escritos. Maite responde a una parte de tu razonamiento y yo quiero contestar a otra, coincidiendo con ella en lo particularmente sugerente de tus planteamientos. Cierto que el decadente sistema actual presenta grietas (muchas) por las que deslizar la emergencia de nuevas formas de concebir la sociedad, pero esto hay que articularlo, también, de formas nuevas, de lenguajes nuevos, que están por llegar. Y me remito a mi experiencia vital.
Dices que no te asusta el concepto “revolución”, lo que celebro. Pero tenemos que ir despejando de que hablamos. Años antes de que tu nacieras yo viví activamente revoluciones, excitantes e ilusionantes al límite, pero después tuve que transitar por la derrota a sangre y fuego –tú eras un niño- y, no sé si casi peor, por la absorción de “parte” de lo conseguido por el sistema imperante, aunque nunca he renegado –al contrario, me siento orgulloso, errores incluidos- de lo que hice. Y, como decía Cohen en el 88, “me condenaron a veinte años de hastío, ahora vengo a desquitarme”. Esta vez no quiero la derrota, ya tengo demasiados años... En estos tiempos en que, como en el poema, “todo es confuso, baldío y turbio”, creo que hay que entender la “revolución” de una forma absolutamente diferente a cómo fue considerada –y practicada- en el siglo XX. Es otro concepto que hay que reinventar, en sus formas y sus contenidos. Y, aunque admiro vuestra disposición, insisto en que, desde mi punto de vista, totalmente discutible, por supuesto, pecáis de ingenuidad.
Os paso una cita que me parece sugerente, de un libro –una novela- que ya tiene un montón de años, sobre cómo será la revolución del futuro –o de mañana- y que, creo, no es extraña a vuestros enfoques. Es la predicción que el gorila hace a su pupila de doce años en el libro de Daniel Quinn, “My Ishmael” sobre la revolución que alumbra:
“no ocurrirá toda de súbito...
“se realizará poco a poco, por personas que trabajen basándose cada una en las ideas de los demás...
“no será dirigida por nadie...
“no obedecerá a la iniciativa de ningún cuerpo político, gubernamental o religioso...
“no tiene meta establecida de antemano...
“procederá sin ningún plan...
“recompensará a los que fomenten la revolución con la moneda de la revolución.”

¿La revolución inmanente, que diría Maite? Tal vez.

Otro tema esencial que presentas en tu escrito es el papel de las minorías, los marginados, los excluidos... Cuando en el acto del martes nos preguntaron por el tratamiento de género, no quise responder porque la respuesta “políticamente correcta” parece ser la “igualdad”; yo creo que, como los “cuasimodos” de los que hablas, la aspiración no puede ser la igualdad –ocupar su lugar- sino desde su marginación, la aspiración a la universalidad... Ya hablaremos de esto...
Y cierro con otra cita, de Deleuze y Guattari, que me gusta especialmente:

“Mayoría implica una constante, de expresión o de contenido, como un metro-patrón con relación al cual se evalúa. Supongamos que la constante o el patrón sea Hombre-blanco-macho-adulto-urbano-hablando una lengua estándar-europeo-heterosexual cualquiera (el Ulises de Joyce o de Ezra Pound). Es evidente que “el hombre” tiene la mayoría, incluso si es menos numeroso que los mosquitos, los niños, las mujeres, los negros, los campesinos, los homosexuales... etc. Y la tiene porque aparece dos veces, una vez en la constante, otra en la variable de la que se extrae la constante. La mayoría supone un estado de poder y dominación, y no a la inversa.
Pues la mayoría, en la medida en que está analíticamente comprendida en el patrón abstracto, nunca es nadie, siempre es Alguien –Ulises-, mientras que la minoría es el devenir de todo el mundo, su devenir potencial en tanto que se desvía del modelo. Hay un “hecho” mayoritario, pero es el hecho analítico de Alguien, que se opone al devenir minoritario de todo el mundo. Por eso hay que distinguir: lo mayoritario como sistema homogéneo y constante, las minorías como subsistemas, y lo minoritario como devenir potencial y creado, creativo. El problema nunca es adquirir la mayoría, incluso instaurando una nueva constante. No hay devenir mayoritario, mayoría nunca es un devenir. El devenir es siempre minoritario.
Erigiendo la conciencia de una conciencia universal minoritaria, uno se dirige a potencias de devenir que pertenecen a otro dominio que el del Poder y la Dominación. La variación continua constituye el devenir minoritario de todo el mundo, por oposición al Hecho mayoritario de Alguien. El devenir minoritario como figura universal de la conciencia se llama autonomía. Por supuesto, no se deviene revolucionario utilizando una lengua menor como dialecto, haciendo regionalismo o ghetto; utilizando muchos elementos de minoría, conectándolos, conjugándolos, se inventa un devenir específico, autónomo, imprevisto.”

Pues perdón por el rollo, y, de nuevo, gracias a Maite y Ricardo por sus aportaciones.

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