La Diputación Foral de Gipuzkoa ha editado y divulgado con Baketik un programa de formación en participación ciudadana a través de tres publicaciones. En la segunda de ellas leemos lo siguiente:
“Cuántas áreas de la vida social y política estarían desatendidas si no hubiese organizaciones que se dedicasen a ello en lo asistencial, en lo cultural o en lo deportivo, por ejemplo (…) Qué retraso llevaría la igualdad de género, el voto femenino, la conciencia ecológica o el euskera si no hubiesen existido movimientos sociales que se anticiparan para reivindicar todo ello.”
“Sin embargo, parece que los movimientos sociales sólo tienen dos opciones: ser marginales o ser desplazados. Ser agentes marginales de reivindicaciones y acciones minoritarias o vanguardistas poco consideradas por la administración, o pasar a ser agentes desplazados cuyas acciones o reivindicaciones son absorbidas por las instituciones cuando éstas entienden que sus propuestas pueden ser rentables para su gestión política. ”
“Sin duda, el reto de las organizaciones de la sociedad civil es encontrar un espacio intermedio y estable entre la marginación y el desplazamiento. (…) Este objetivo necesita un doble esfuerzo. Necesita de las Instituciones una mentalidad abierta y cooperativa hacia las expresiones asociativas de la sociedad y necesita de los movimientos sociales una mentalidad proactiva para optimizar y mejorar sus recursos organizativos, comunicativos y creativos.”
Me parece una reflexión muy interesante que enlaza con aspectos de gran actualidad y, a su vez, con aspectos sobre los que vengo reflexionando.
- Innobasque, la Agencia Vasca para la Innovación, pretende ser un apoyo para convertir a Euskadi en un referente en innovación o, al menos, ayudar a crear contextos más propicios para el despliegue de formas innovadoras; y tiene una línea específica sobre Innovación Social (link a su blog). Esta cita me hace recordar que existen -han existido siempre- agentes que impulsan innovaciones sociales, que no son otros que los movimientos sociales, por lo que deberían ser uno de los principales focos de atención de esta área de Innobasque.
- Una vez más, ser innovador aparece como ser marginal. “Las capacidades personales que generan innovación son poco sistémicas, ingobernables, disruptivas e imprevisibles y con frecuencia traen consigo confusión, ambigüedad, sorpresa, irregularidad, conflicto y fracaso –experiencias que pocos de nosotros tratamos activamente de conseguir-.”- Dicen Martin y Austen en un artículo publicado en Harvard Deusto Business Review titulado “Innovación y puesta en práctica: Dominar las tensiones”.
- Por mucha aureola que pongamos alrededor de la palabra “innovación”, innovar es cambiar y, como decíamos en “Paradoja de la Innovación” (Darceles y Vázquez) el cambio provoca rechazo. Los cambios sociales han supuesto nuevas formas de entender la vida y las relaciones que podemos calificar como verdaderas revoluciones mentales.
- Una vez más aparece la idea de que se innova desde la realidad, desde la base, no desde las alturas. Por ello, el reto consiste en apoyar a lo que emerja y no intentar sustituirlo desplazándolo. En las formas autoorganizadas que emergen desde la realidad es donde está la potencia real de construcción social. El reto consiste en mantener viva a la sociedad, mantenerla activa, dinámica, constructiva. Intentar monopolizar la innovación llevaría a una esclerotización totalmente estéril.
- Si trasladamos estas ideas referidas a la sociedad al ámbito organizativo, análogamente podremos decir que el reto para ser una organización innovadora consiste en mantener viva a la organización, sin pretender acaparar desde la estructura (jerárquica y funcional) el objetivo de la innovación, sino propiciando contextos de libertad y emergencia y despliegue de lo nuevo.
Termino con un par de frases que recojo de un comentario de BlogIS (blog del área de Innovación Social de Innobasque que citaba anteriormente), por su enfoque crítico y constructivo:
- Innobasque, la Agencia Vasca para la Innovación, pretende ser un apoyo para convertir a Euskadi en un referente en innovación o, al menos, ayudar a crear contextos más propicios para el despliegue de formas innovadoras; y tiene una línea específica sobre Innovación Social (link a su blog). Esta cita me hace recordar que existen -han existido siempre- agentes que impulsan innovaciones sociales, que no son otros que los movimientos sociales, por lo que deberían ser uno de los principales focos de atención de esta área de Innobasque.
- Una vez más, ser innovador aparece como ser marginal. “Las capacidades personales que generan innovación son poco sistémicas, ingobernables, disruptivas e imprevisibles y con frecuencia traen consigo confusión, ambigüedad, sorpresa, irregularidad, conflicto y fracaso –experiencias que pocos de nosotros tratamos activamente de conseguir-.”- Dicen Martin y Austen en un artículo publicado en Harvard Deusto Business Review titulado “Innovación y puesta en práctica: Dominar las tensiones”.
- Por mucha aureola que pongamos alrededor de la palabra “innovación”, innovar es cambiar y, como decíamos en “Paradoja de la Innovación” (Darceles y Vázquez) el cambio provoca rechazo. Los cambios sociales han supuesto nuevas formas de entender la vida y las relaciones que podemos calificar como verdaderas revoluciones mentales.
- Una vez más aparece la idea de que se innova desde la realidad, desde la base, no desde las alturas. Por ello, el reto consiste en apoyar a lo que emerja y no intentar sustituirlo desplazándolo. En las formas autoorganizadas que emergen desde la realidad es donde está la potencia real de construcción social. El reto consiste en mantener viva a la sociedad, mantenerla activa, dinámica, constructiva. Intentar monopolizar la innovación llevaría a una esclerotización totalmente estéril.
- Si trasladamos estas ideas referidas a la sociedad al ámbito organizativo, análogamente podremos decir que el reto para ser una organización innovadora consiste en mantener viva a la organización, sin pretender acaparar desde la estructura (jerárquica y funcional) el objetivo de la innovación, sino propiciando contextos de libertad y emergencia y despliegue de lo nuevo.
Termino con un par de frases que recojo de un comentario de BlogIS (blog del área de Innovación Social de Innobasque que citaba anteriormente), por su enfoque crítico y constructivo:
“Cualquier proceso de transformación e innovación debe en primer lugar y ante todo tener objetivos sociales.”
“Tiendo a desconfiar de procesos verticales (de arriba abajo), donde por lo general (y el caso de Innobasque, tristemente parece que no es una excepción) a las primeras personas y entidades que se interpela, implica y moviliza, son a las que ocupan espacios legitimados de poder (político y económico). Lo que me parece ciertamente peligroso, ya que normalmente desde el poder se tiende más a mantener el status quo que a impulsar transformaciones sociales que no sean meramente instrumentales.” (Ricardo Antón – Amasté)
Gran reto para Innobasque el de innovar, o mejor revolucionar, las formas de intervención pública. ¡Ánimo!
Maite Darceles